jueves, 6 de noviembre de 2014

Cada objeto de cerámica está sujeto al escrutinio de un punto de vista completamente económico. La conveniencia de dicho análisis es indiscutible, ya que revela una importante dimensión del objeto, estrechamente relacionado con las múltiples facetas que puede representar: estéticas, funcionales, técnicas, sociales y simbólicas. Las vajillas finas, aunque también son objeto de los mismos factores de cambio que afectan a las vajillas utilitarias, son más sensitivas a la influencia de estilo por razones de prestigio, ya que son manufacturadas para consumidores. Pueden incorporar fácilmente elementos de moda, tales como pestaña basal, base pedestal, ciertos diseños, pintura negativa, etcétera. Puesto que eran objeto de importación, y como constituían artículos de comercio aristocrático, había más contacto y estímulo para la imitación e innovación.

1.4. LA CERÁMICA PREHISPÁNICA EN EL SALVADOR.

Por consiguiente, en El Salvador, la cerámica que se manufacturó en el período prehispánico fue de importancia por ser muy apreciada, a tal grado de generar demanda desde otros lugares de la región, como por ejemplo, la tradición batik usuluteco, que se difundió extensamente durante el período Formativo o Preclásico Tardío hasta el Clásico Temprano; pero no se puede asegurar que la cerámica en general se desarrollara de forma individual totalmente, si no que se ve influenciada por diferentes migraciones de grupos culturales, tales como la última de ellas, ocurrida en el año 900 de la era cristiana (período post-clásico) en que entran al territorio los Nahuas o Pipiles y dan vida a Cihuatán y a otros estilos de cerámica, entre los complejos cerámicos reportados en el área de El Salvador, se puede mencionar: la cerámica Marihua, el Batik Usuluteco, Copador, Polícromo Banderas, Salúa, Plomizo, Polícromo Campana.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario