jueves, 6 de noviembre de 2014

Tazumal en Chalchuapa, departamento de Santa Ana; Tecpán, San Andrés, en la carretera que de San Salvador conduce a Opíco; Quelepa, en el departamento de San Miguel, al oriente del país; y Joya de Cerén, en la misma ruta hacia el occidente32 de El Salvador, son ejemplos de sitios importantes en los que se desarrollaban las actividades ceremoniales y comerciales más importantes, en ellos se producía y comerciaba la cerámica. Estos sitios obedecían los regímenes políticos y militares de otros centros principales establecidos en Soconusco, y tierras bajas del Petén guatemalteco y campechano.
El territorio salvadoreño durante el período prehispánico, al igual que los demás territorios, fueron áreas de paso y de ocupación de diferentes culturas; así, El Salvador estuvo habitado por pueblos protomayas, como lo establece Gregorio Bello Suazo. A la llegada de los conquistadores en 1524, dentro del período del Postclásico, período en el cual comienza una serie de migraciones hacia las zonas de Centro América, que en arqueología —se determina como ―pipil‖ y se les entiende como un grupo procedente del centro de México o de su periferia.— (Paredes Umaña, 2005, comunicación personal)

El proceso evolutivo de la cerámica va de la mano con el desarrollo y refinamiento de las sociedades humanas. El Arqueólogo Gregorio Bello-Suazo en su ―Marco General de las Culturas Prehispánicas en el Actual Territorio de El Salvador‖,33 describe el proceso de manera cronológica en el área salvadoreña de la manera siguiente en el texto proporcionado por el autor como material de apoyo en la materia de Historia de la Cerámica Tradicional, cátedra impartida por el autor durante el ciclo II del año 2004:

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